martes, 6 de abril de 2010

Educación.

Durante años la educación ha sido el pilar del desarrollo de nuestra raza. Nuestros antepasados nos enseñaban todo lo que sabían: lenguas, herramientas, profesiones… y así las generaciones iban evolucionando y desarrollando hasta el día de hoy. Pero en estos tiempos locos en los que vivimos, la educación se ha dividido en varios planos, aunque los que más me preocupan son dos que llamaré “la educación por posición” y “la educación por imposición”.

-Educación por posición:

Normalmente se suele asociar a la gente de alta clase social, gente con dinero, que se ven “obligados” en cierto modo a mantener cierta educación de cara a la galería. Sonríen, sujetan la puerta a los vecinos, no dicen tacos, van aseados, estudian en universidades privadas… vamos, el prototipo de hombre perfecto. Esto vendría a ser la educación por posición.

Pero detrás de todo este mundo de piruleta, hay muchos casos en los que una furia contenida dentro de ellos se acaba desatando de la manera más inesperada. Hablo, por ejemplo, de los que mataron de una paliza y luego prendieron fuego a un vagabundo, o de los que salen de fiesta metidos de coca hasta las cejas y luego le cortan la yugular a uno con un vaso… Son casos de gente que de día son “ciudadano modelo” y cuando les sueltan la correa son como perros buscando donde descargar toda su ira. No es que esté exagerando. Hablo de casos que conozco, quizás no todos estén al mismo nivel, quizás algunos “solo” salgan a pegarse de fiesta, pero la verdad es que la gran mayoría pierde la cabeza.

-Educación por imposición:

Y este es el corazón del artículo, el porqué de que yo esté escribiendo sobre este tema. En algunas familias a veces sale un hijo rebelde. Empieza sacando la lengua a su madre cuando tiene 4 años y termina robándole dinero a su madre con 16 años para comprar droga. Es cierto que este grupo sí que es una minoría, pero en ocasiones, contagian a los que están a su alrededor, crean una especie de aura que perturba a los que le rodean y les tienta a seguir sus pasos.

Un ejemplo muy común está en los colegios. El alumno macarra y sus amigos. Pero estos alumnos no son como antes, que robaban cromos a los niños pequeños o hacían piras, sino que ahora pegan a los profesores y a sus padres. Como vivimos en un país de vagos y nadie se molesta en revisar la ley del menor para estos casos, los niños se permiten el lujo de insultar e incluso, como ya he comentado, pegar a sus padres y profesores, ya que la ley del menor les ampara y nadie puede tocarlos.

Estoy de acuerdo en buscar una solución para esto, es más, creo que es tan necesaria como la reforma laboral o la reforma del código penal que pide mucha gente. No se puede permitir que un niño de 15 años ande a sus anchas por la vida, incluso matando a otros menores como ocurre, por desgracia, muy a menudo. Pero en Inglaterra me parece que se les ha ido de las manos. Resulta que un nuevo código de conducta habilita a los profesores a pegar a sus alumnos. Vamos, que pueden usar la fuerza física con los estudiantes, y cito textualmente, “en casos de defensa propia, para prevenir que los alumnos se hagan daño entre ellos o a los materiales, cuando continuamente se porten mal e interrumpan la clase o si desobedecen constantemente”.

Soy una persona a la que no le gustan los extremos. Imponer a base de fuerza una educción que quizás no estén recibiendo ni en casa, solo va a conseguir, en mi humilde opinion, un mayor fracaso escolar. Los alumnos empezarán a coger miedo cuando vean los primeros golpes en clase y dejarán de asistir a éstas. La tensión de saber que pueden ser golpeados en cualquier momento les hará mantenerse aparentemente más tranquilos, pero una persona que está continuamente pensando en eso, no puede atender en clase, así que se generará un mayor deficit de atención y peores calificaciones.

Como no, esto durará hasta que a algún descerebrado que se haga llamar profesor, se le vaya la mano demasiado y tengan una terrible desgracia que probablemente, sufrirá el que menos lo merecía.

No se a vosotros, pero a mi este es un tema que me preocupa, tanto las personas con una doble cara, como el uso de la fuerza para la educación. Pero aun me preocupa más la combinación de ambas. Imaginaros un profesor, reprimido por la educación que le han dado sus padres, sumiso siempre a lo que ellos decían… ¿y le damos la potestad de pegar a un niño de 12 años? Pensándolo mejor…no os lo imaginéis, dormiréis mejor.

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